El Manifiesto del Bienestar Sanitario pretende servir de ayuda para desarrollar las mejores prácticas en los servicios no asistenciales del Sistema de Salud, estableciendo el foco en la atención integral de las necesidades de los profesionales, pacientes y visitantes en los centros sanitarios , contribuyendo a reducir la presión sobre el sistema. En este empeño está también el Foro Español de Pacientes. El trabajo en torno al manifiesto continuará en próximos meses.
El FEP ha participado en la Mesa de co-creación sobre el Bienestar Sanitario, en la persona de Antonio Manfredi, periodista y paciente de artritis psoriásica, miembro de Acción Psoriasis y asesor en comunicación de nuestro Foro. Junto a él participaron Javier Granda, periodista especializado; José Soto, presidente de la Sociedad Española de Directivos de la Salud; Ricard Gratacòs, director de Hospitecnia; Antonio Olivares, del Servicio Andaluz de Salud de la Junta de Andalucía; Jesús Antonio Fernández, de la Asociación Española de Enfermería y Salud; Gabriel Heras, presidente de la Fundación Humanizando la Sanidad y José Enrique Aguilar, director de la división de Salud en ISS.
Bajo el patrocinio de ISS, se pusieron sobre la mesa los conceptos que definen el Bienestar Sanitario, siempre desde la mirada de los servicios no asistenciales que, lejos de estar en un segundo plano, determinan el proceso final de la asistencia sanitaria, como reconocen muchos pacientes que, a la postre, resumen su paso por un recinto hospitalario poniendo el acento en aspectos no solo asistenciales.
En la Mesa se pusieron de manifiesto 4 aspectos que conforman la raíz de la mejora: Formación y Especialización; Innovación, seguridad física y emocional y, finalmente, un mejor diseño hospitalario. Y es que a veces se nos olvida que en el entorno sanitario hay profesionales no directamente ligados a la asistencia que son fundamentales para garantizar una calidad y eficacia asistencial. Este personal, con la mejora en la formación, la aplicación de la innovación (por ejemplo para reducir las listas de espera), la humanización extendida a todos los colectivos y, sobre todo, la mejora de los diseños hospitalarios que, obviamente, también pueden contribuir a la mejora del paciente.
Antonio Manfredi manifestó ante la Mesa que la visión que pone al paciente en el centro, una máxima habitualmente utilizada cada vez que se habla de la calidad asistencial, sigue siendo una asignatura pendiente que, en el caso de los profesionales de los que hablamos, también se produce pues, en muchas ocasiones, se trata de un pèrsonal mal pagado, perteneciente a empresas terceras que buscan la rentabilidad en el corto plazo, sin plantearse cambios que puedan contribuir a la calidad asistencial.
Por eso, a lo largo del debate en la Mesa se pusieron de manifiesto varias medidas fundamentales para revertir el proceso de desapego de este personal externo. Por ejemplo, que debería poder acceder con pleno derecho a los planes de formación que se desarrollen en cada hospital. En segundo lugar, lo habitual es que estos profesionales sean los responsables de la gestión ambiental y energética de las instalaciones hospitalarias, cuya mejora redundaría en calidad y ahorro económico. Igualmente, la digitalización de los procesos, habitualmente en manos de empresas externas, debería extenderse a todo el proceso, incluida la gestión asistencial y el contacto con el paciente.
Se puso de manifiesto también que la actual legislación de contratos públicos impide, en muchas ocasiones, establecer criterios de elasticidad que permitan abordar mejoras, no presentes en un contrato firmado años atrás, al que hay que atenerse, incluyendo un incremento de costes no previsto.
Además, es importante garantizar una carrera laboral satisfactoria para estos trabajadores, participando en los manuales de Buenas Prácticas que se pongan en marcha y, sobre todo, escuchar sus aportaciones en torno a la organización del trabajo, mejora de procesos, automatización de sistemas, etc, porque, sin duda, redundará en la mejora de la atención sanitaria.
En realidad se trata de ligar los procesos asistenciales con los no asistenciales, garantizar la trazabilidad de cada servicio y, sobre todo, que estos trabajadores también se sientan reconocidos. Nos sorprenderíamos de todo lo que queda por hacer en este sentido. Son muchos aspectos los que dependen de estos trabajadores, de los que a menudo nos olvidamos, como la seguridad de los espacios, la calidad del aire, la comodidad de los servicios y muchos otros.
Como pacientes apoyamos todos estos procesos. Quién no recuerda esa mano amiga en un hospital que no era precisamente la de un profesional asistencial. Seguiremos participando en estas comisiones, porque, como ya se ha dicho por activa y por pasiva, que los trabajadores no asistenciales tengan calidad laboral es lo mejor que nos puede pasar como pacientes.